martes, 24 de agosto de 2010

La niñez


Trastorno de déficit de atención e hiperactividad
¿Es difícil que su hijo se esté quieto? ¿Su hijo actúa sin pensar primero? ¿Su hijo empieza por hacer algo y no lo termina? Si es así, es posible que tenga un trastorno de déficit de atención e hiperactividad (TDAH). Casi todas las personas a veces muestran algunas de estas conductas, pero el TDAH persiste más de 6 meses y causa problemas en la escuela, el hogar y en circunstancias de carácter social.
El TDAH es más común entre los niños que entre las niñas y afecta entre el 3 y el 5% de los niños en los Estados Unidos. Las principales características del TDAH son:
  • Falta de atención
  • Hiperactividad
  • Impulsividad
Nadie sabe exactamente cuál es la causa del TDAH. Existe una tendencia familiar, de modo que puede haber factores genéticos. Una evaluación completa realizada por un profesional capacitado es la única manera de saber con seguridad si su hijo padece de TDAH. El tratamiento suele incluir medicinas para controlar los síntomas. La estructura del hogar y la escuela también son importantes. Las clases para padres de familia o la terapia de conducta también pueden serle de ayuda.
Trastornos de la conducta del niño
Todos los niños se comportan mal algunas veces, pero los trastornos de la conducta van más allá del mal comportamiento y la rebelión. En los casos de trastornos de la conducta, el niño o el adolescente muestran comportamientos hostiles, agresivos o desordenados durante más de 6 meses.
Los signos de advertencia pueden incluir:
  • Dañar o amenazar a otras personas, mascotas o a sí mismos
  • Dañar o destruir las pertenencias ajenas
  • Mentir o robar
  • No tener buen rendimiento escolar, faltar a la escuela
  • Comenzar a fumar, beber o consumir drogas prematuramente
  • Actividad sexual prematura
  • Rabietas y discusiones frecuentes
  • Hostilidad constante hacia las figuras de autoridad
Si observa señas de algún problema, pida ayuda. Las malas elecciones pueden volverse un hábito. Los niños con problemas de conducta tienen más riesgo de fracasar en la escuela, tener problemas mentales y hasta suicidarse. Las clases o la terapia de familia pueden ayudar a los padres a aprender a establecer y hacer cumplir los límites.

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